sábado, 8 de octubre de 2016

SI NO ES FELICIDAD SE LE PARECE MUCHO

Es la sensación que  tengo cada día en mi trabajo con mis alumnos de Infantil, es un lujo, todo cariño, todo una aventura, ojitos, abrazos, peticiones de cariño, manos chupadas que se me agarran.

Me enseñan a superarme, siempre me esperan, antes de irme ya me preparan la bienvenida para el día siguiente. Comentarios como, " Y ya te vas" " mañana veces, verdad"

O cuando se pegan por ponerse a mi lado, jamás me he
sentido tan popular, tan querido y con tantos pretendientes. Al ponerse a mi lado, me levantan la mano, se colocan de bajo de ella, y la apoyan sobre su cuerpo para que les abrace.
Me cuentan sus secretos más íntimos en su afán de entregarme su mejor regalo. O cuando van por la calle y sueltan la mano de su padre para venir a abrazarme.

Me obligan a cantar con alegría, a superarme. Hay días que me dicen, "Teacher, ¿Por qué no sacas algo más divertido?  Son mis mejores críticos, y siempre "sin tacto, pero con cariño"

Lo dicho ese sentimiento que llevo tan adentro, como decía Melendi, debe ser Felicidad


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