Alguién a quien aprecio mucho, le he sugerido algunas correcciones sobre su conducta, a las que no ha respondido muy bien, y se ha sentido molesto, dos horas después , se ha dirigido a mi y me ha dicho: Juan Carlos , no cambies, gracias, ten por seguro que voy a hacer caso a tus consejos, Gracias.
Uf, El agradecido soy yo, Juan Carlos, no cambies.
La otra más difícil, en una residencia de ancianos, un caballero residente sentado en una silla, se ha dirigido a mi diciéndome. ¿no podría hacer Vd. algo por mí? Yo le puedo dar conversación, escucharle, ayudarle físicamente, incluso cariño, pero No, eso no le valía, quería salud y bienestar físico, y yo aun , no le podía dar eso.
Jo, él tenía derecho a preguntar, pero yo no tenía derecho a responder. Cómo responder,... No puedo.
Una vez leía que Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir por lo que no puedas y te ayuda para que puedas.
Pero de nuevo JO!!!,!...y es sábado ¿no podría hacer Vd. algo por mí?
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